Vuelve a desnudarte en palabras de amor y deja que tu alma se muestre en la plenitud de su esencia. Que caigan armaduras y escudos, pieles resecas que se interponen entre el calor de tu pecho y la frialdad aparente de tu trato medido. Que la luz que llevas dentro se muestre esplendorosa y transporte en su brillo la dulzura que duerme en tu interior. Como mariposas a las que les cuesta separarse de su crisálida, tus sentimientos se desprenderán suavemente del abandono para alzarse vigorosos por encima de cualquier duda.
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