¿Recuerdas cuando te llenaba la cabeza de sueños e ilusiones? Pues ahora te
toca a ti hacérmelo a mi.Entretejía los sonidos que arrancaba de su violín con el recitar de su dulce voz. Sabía que se iría y no lo quería aceptar. Abrigando la esperanza de un retorno se distraía en sus rincones favoritos. Era más fácil que renunciar. Pero un día escuchó algo, algo a lo lejos. Y se puso de puntillas para ver pasar la vida.
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