Ese momento en que estás tan cerca de alguien, a punto de besarle, y su aliento deja de ser un olor y pasa a ser un pH, una hormona...
Es un olor humano que no puedes oler en nadie más que en esa persona y que te gusta y excita tanto. Entonces la pulsión del deseo se traslada a una monumental rendición al placer. Y claro, aparecen universos paralelos que, en el fondo, hablan de la vida misma, que es avanzar, querer poseer algo, buscarlo, encontrar un momento... un tesoro... una luz...
NOTA: La ilustración es una adaptación realizada de una imagen que encontré por la red hace tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario