Lunes

¡Maldito frío! Me engaño diciéndome que me duele la rodilla o el costado, lo que me duele en realidad es la hipocresía. Me canso tanto de palabras vacías que me duele.
Cuando te vayas no se si me despertaré, y tampoco se si estoy dormido o no cuando de noche trazo pensamientos que por el día no puedo recordar. Lo que parece seguro es que voy a despertar entre silencios, tejedores de una nostalgia con la que yo no había nacido.
Mientras releo versos en los que te voy encontrando suena una canción que habla de orgullos que alimentan pasiones, y me arde la piel buscando inutilmente en la mesa, en los cajones, en los armarios, detrás del sofá. No la encuentro porque no existe, nadie ha inventado una brújula para el amor. Me niego a creer que a cierta edad, en el desierto no queden oasis.