Seguramente haya una parte de la Antropología que se dedique a estudiar las extrañas formas que tenemos de rendir homenaje a los seres queridos que ya no están entre nosotros. Y por lo que yo se Europa y Sudamérica suelen estar a la cabeza, de hecho creo que Moldavia lidera la clasificación.
Sí, en Moldavia, ese país que la mayoría de nosotros seriamos incapaces de señalar en un mapamundi, hacen gala de una cercanía y sencillez estremecedora: durante dos días al año, justo una semana después de la Pascua Ortodoxa, familias enteras se visten de domingo, empaquetan sus cestas y se dirigen a los cementerios de todo el país para comer y brindar juntos sobre las tumbas de sus muertos. «Los muertos no hablan, pero nos observan desde el cielo, participan y agradecen.»
Así lo documenta el fotógrafo italiano Carlo Gianferro.
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