martes, 11 de junio de 2013

CON LA FREGONA EN LA MANO

Hoy hace un año que comenzó mi mayor debacle personal. Un año después comienzo a ver algunas luces, unas son destellos prometedores, otras relámpagos brillantes e instantaneos, hay un par de haces tenues y macilentos como de película vieja, y hay tres pequeñas luces tímidas pero perennes, inmutables. Desde que aparecieron no se han movido pero tampoco han desaparecido. No me engañaré, el tunel sigue oscuro, muy oscuro. Pero al menos veo algo, quizás lo suficiente para llegar al final.

El paquete más pesado ha quedado por fin atrás pero todavía cargo demasiado. Lo peor es sobrellevar, a estas alturas, eso de que no depende de uno. Cierto es que en ocasiones no he hecho lo que debería haber hecho, pero otras sí, todo lo humanamente posible, y a pesar de ello no ha servido de nada. Que triste y duro.

En momentos del camino he estado acompañado e incluso ha habido momentos en que sentía compañía. El resto del tiempo soledad,a veces deseada a veces no.

A ver, para un tipo como yo luchar por mi es complicado, me resulta más fácil hacerlo por algo ajeno. Tengo una caja enorme de defectos y cuesta meter la mano hasta el fondo para rebuscar la virtud adecuada para la tarea asignada.

Ayer me dieron dos buenas noticias que me ayudarán a salir de esto y sin embargo, no saltaba de alegría, me empeñaba en ver lo negativo del asunto.

Hoy estoy optimista. Será que se acerca algo tan banal como mi cumpleaños. Saldré de esto!!!. Aunque sé que me quedan por decir un par de duros "no" y un "si".



ilustracion con la fregona en la mano apoyemonos







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