Pensó que quería una vida rutinaria, tras unas semanas de concienciarse de que complicarse la existencia sin tener por qué no tenía sentido, empezó a comunicar a sus allegados que por fin soltaría todo el lastre que llevaba en la mochila para entrar en la quietud de la rutina. Por fin liberado de aquello que llevaba luchando durante meses y no terminaba de conseguir, por fin descargado de conciencia, por fin el corazón quieto en el lado de la cama que toca, deshizo la maleta de las locuras y se sentó en el sofá a disfrutar de la monotonía de la gente corriente... donde la paz se respira y los corazones se aburren... pero el destino hizo toc-toc en la puerta, y aunque los planteamientos los tenía encima de la mesa, la conciencia de ir a medias se suele olvidar de vez en cuando...
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Antes de tener ordenador no sabía pintar, la prueba es esta acuarela con rotring. Ahora que tengo ordenador sigo sin saber pintar...
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