Se quitó los zapatos y los calcetines marrones de rayas naranjas. Se desabrochó el cinturón y desabotonó la camisa negra de rayas marrones, naranja y beige. Se tumbó en el sofá beige con rayas naranjas y marrones y dejó las gafas naranja y negra en la mesita del telefono. Se dispuso a esperar con los ojos entrecerrados el atardecer naranja infierno mientras en su cabeza rememoraba la historia del Alubias... y sus sueños rotos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario