Que esté retorciéndose en mis armarios, en los cajones desordenados o en los bolsillos del vaquero.
Puede que se haya quedado dormido entre los cojines, sábanas y mantas del canapé sin colchón. Alguna vez creí sentirlo, entre la escalera y la cocina, entre la noche con luna, entre el café y las tostadas.
Sigo buscando entre las facturas, las letras, las canciones. A veces creo que se escurre entre mis dedos cuando escribo, por mi boca mientras digo, en mi piel mientras siento.
Tal vez haya muerto del todo, o delire entre gritos. Tal vez su agonía guarda luz de viva voz.
Puede ser que todo sea un invento, una alegoría indiferente, una superchería. Puede ser que siempre hayas estado y soy yo quien no está.
Sigo buscando entre las facturas, las letras, las canciones. A veces creo que se escurre entre mis dedos cuando escribo, por mi boca mientras digo, en mi piel mientras siento.
Tal vez haya muerto del todo, o delire entre gritos. Tal vez su agonía guarda luz de viva voz.
Puede ser que todo sea un invento, una alegoría indiferente, una superchería. Puede ser que siempre hayas estado y soy yo quien no está.
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