domingo, 7 de abril de 2013

De mala leche

Después de horas de alcohol y música, me rendí... la debilidad de la que me nutre la noche, el ambiente y la insistencia de miradas que cruzaban sin esfuerzo los cuerpos opacos, junto con el paso ajustado entre su cuerpo y el mío, me hizo caer rendido. Mi resistencia palpable desde hace tiempo al morbo que me provoca continuamente, el evitar los momentos diarios de tensión que me presenta, y no contestar a las llamadas de atención, a los comentarios que me hacía al oído al pasar por mi lado día tras día, se desvanecieron cuando anoche vino sin dudarlo de frente con una cigarro entre los dedos, rodeó mi brazo por un poco más abajo de su cintura y entreabrió los labios. Esta mañana abrí los ojos y estaba a mi lado, consiguió arrasar por mi cuerpo, pero no por mi pecho, ni hacerme olvidar ni un instante tu boca, en la memoria siguen tus caderas... ella tenía un polvo pendiente conmigo, y yo lo tengo contigo, pero a pesar de éso, no pude resistirme y mientras se fumaba el primer cigarro de la mañana le di los buenos días igualito a como le di las buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario